Las prácticas de las madres
paceñas en relación a la alimentación de sus bebés se rigen por creencias y
costumbres culturales, que van desde qué debe comer la madre hasta cuál debe
ser su estado de ánimo.
En un sondeo realizado a 200
mujeres en el Hospital de la Mujer de la ciudad de La Paz (enero de 2012), las
madres admiten que prefieren seguir los consejos de las mujeres de su familia independientemente
de las recomendaciones que, al respecto, puedan hacerles los médicos,
enfermeras y otro personal de salud: “son creencias que vienen de las familias
y los pueblos; no del Hospital”, indica el Dr. Jaime Montaño, pediatra del
Hospital de la Mujer. (audio de entrevista completa)
Las creencias y costumbres
culturales más practicadas se refieren a la comida que debe ingerir la madre;
la sopa de hocico de vaca o el jugo de hinojo, por ejemplo, que –supuestamente–
ayudan a la producción de leche; el perejil, en cambio, es la hierba que deben
evitar dado que la cortaría. Siguiendo estas consideraciones culturales, para
que la mujer se mantenga fuerte y sana, necesita comer en cantidad granos y
cereales tales como la quinua.
Otras creencias en relación al
cuidado de la madre puérpera, están referidas a mantener caliente su cuerpo; si
ella pasa frío ambos –el bebé y ella– se enfermarán. Por esta razón, en muchos
casos, se evita que las mujeres que recién dieron a luz toquen agua, ni para la
higiene personal ni para los quehaceres de la casa.
Al respecto, la enfermera Gladys Crespo explica que en las culturas
andinas se considera que el parto es un periodo caliente y que por eso las
mamás deben evitar los alimentos calificados como "fríos" –entre
estos, oca, papaliza, tunta, leche y papa recién escarbada–:
“He tomado agua caliente o té caliente; leche caliente; también yogur de coco caliente. Tomas todas las bebidas calientes; además que tienes que mantener la espalda caliente, porque dice que si te enfermas o te resfrías también disminuye la producción de leche”, relata Pamela Villarroel, madre de 18 años. (audio de entrevista completa)
En criterio de la Doctora Leda
Azad, encargada de la iniciativa de Unicef, “Hospitales amigos de la madre y el
niño”, las prácticas de alimentación especial
son relativamente inofensivas, dado que se basan en productos naturales; el
peligro –dice la Dra. Azad– se presenta al dejar de comer ciertos alimentos y
no llevar una dieta equilibrada.
Acerca de las creencias que
subyacen a las prácticas de una dieta perjudicial, la Dra. Rosario Quiroga,
Jefe del sector salud de Unicef, menciona que entre las adolescentes las
costumbres populares no son aceptadas gratamente; en lugar de ello, frecuentemente
, nos encontramos con mitos tales como: “soy flaca; voy a producir poca leche”;
“mi leche está muy ralita” (se refiere a la llamada leche gatuna); “mi leche
está mal” (relativa al desconocimiento del calostro), etc.
Enlaces:
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